Seguimos viendo como la escala bélica sube, con más presupuesto para armamento, más tensión en los medios y más reproches entre políticos que ven en la muerte una solución. El poder geopolítico y la apropiación de recursos se multiplican de manera proporcional a la que lo hace la globalización de la estupidez humana cada vez que  a través de los medios se nos intenta convencer de que a mayor cantidad de armas mayor seguridad. 
Ser la munición de guerra que utilizan los imperios para sus complejos libertarios y sus puercas ansias de dominio no puede ser beneficioso para nadie y creer que solucionar el horror se puede hacer con más horror es tener el alma muy negra y muy corrompida.
Dicen salvar la vida de los pueblos a través de la muerte y dicen buscar la paz mundial a través de la guerra, ¡qué paradoja!

 

 

 

YO SOLO QUIERO QUE TE MUERAS

Ya no quiero escuchar más tu nombre,
tu sucia imagen y tu adolorido sonar.
No quiero atardeceres negros
ni noches iluminadas de terror.
Yo solo quiero que te mueras, para siempre,
que las bocas que te nombran 
sangren tus miedos,
que los ojos que te ven como solución
se llenen de cristales
y que las manos que te ejecutan
se caigan en pedazos al frío suelo.
Siempre fuiste amada por cobardes
y detestada por valientes,
fantasmagórica en las mentes 
hasta que tocaste el suelo.
Yo solo quiero que te mueras,
que desaparezcas,
que las seis puñeteras letras de tu nombre
se entierren para siempre con tu hacha
y corran ríos de lluvia fresca 
que limpien las calles de cualquier resto tuyo.
Que sea la palabra quien tome el mando,
que el verde oscuro se convierta en blanco,
que lluevan ramas de olivo de los aviones
y caigan instrumentos sobre los campos.
Yo solo quiero que te mueras
porque tu muerte sí es nuestra vida,
porque en los corazones donde vive un mundo nuevo
por muchos años que pasen
siempre resonará el malditas sean las guerras
y los canallas que las hacen.

          “Yo solo quiero que te mueras”
Las raíces del averno  (2024)